No hay nada de malo en que el moribundo evoque sus buenas obras para
reconfortarse y tranquilizarse.
Abu Ishaq dijo:
"En su agonía, Abu Sufyan ibn al-Harith dijo a su esposa:
"No llores por mi ya que nunca me he manchado del menor
pecado desde que abrazé el Islam."
Ibrahim dijo que: "Los Salaf recomendaban recordar al moribundo sus mejores obras
para que tuviera la mejor opinión posible de Su Señor."
Ibrahim ibn Abu Bakr ibn Ayash contó que había llorado cerca de
su padre agonizante, y este le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Pensarías que Allah no va a contar los cuarenta años de mi vida
dedicados a recitar el Corán entero cotidianamente? "
Estos versículos son propicios para aliviar la ansiedad que se siente
en el momento de la muerte:
Todo Profeta ha fallecido, así como todo ser sensato.
Todos y cada uno en su momento mueren.
El sabio y el médico.
Así que no tengas miedo de este camino que emprenderá todo ser humano.
Meditaciones sobre la muerte, Ibn Al Jawzy, Maktaba, p.64.65
El Imám Jamal ad-Din Abu al-Faraj Ibnoul Jawzih
Traducido al castellano por Um Amina