Uqba
ibn Abi Mu'ait incrementó los tormentos y la perversidad hacia el
profeta, según lo narrado por al-Bujari, en palabras de Abdillah ibn
Mas'ud que dijo:
"Un día, cuando el Profeta
rezaba en el templo sagrado, Abu Lahab y su grupo estaban sentados
cerca. De repente, alguien en este grupo, dijo a sus compañeros: "¿Quién
de vosotros va a buscar restos de los camellos sacrificados en tal
parcela, para que alguien de nosotros lo eche en la espalda de Muhammad
cuando se prosterne? " Enviaron a la peor de las personas que se conoce, Uqba
ibn Abi Muait. Este se los trajo y esperó hasta que el Profeta se hubo
prosternado para arrojarlo en sus espaldas, ante mis ojos. Yo no tenía
ningún poder que me permitiera oponerme. A continuación, se echaron a
reir, inclinándose uno sobre otro bajo la influencia de la alegría y
exuberancia.
El Mensajero de Allah permaneció prosternado hasta la
llegada de Fátima (su hija) que eliminó la suciedad de su espalda. El
Profeta levantó la cabeza y dijo:
"Señor, presérvame de los Quraish" tres veces.
Esta invocación fue penosa para los politeístas que sabían que toda invocación hecha en este lugar era respondida. El Profeta luego citó los Nombres diciendo :
"Señor
presérvame de Abi Yahl, de Otbah ibn Rabía, de Shayba ibn Rabíaa, de
Al-Walid ibn Otba, de Omeya ibn Khlaf, de Uqba ibn Abi Muait" y el séptimo se me olvidó el nombre.
Juro
por Aquel que tiene mi alma que vi a las personas mencionadas
yacer muribundas en el pozo de Badr. "La séptima en cuenstión era
Omara ibn al-Walid".
Traducido al castellano por Um Amina