Sheij Al Albani -que Allah le conceda misericordia-
Es obligatorio para todo musulmán, primero como acto de adoración y luego como medio de tratarse [médicamente], refugiarse en Allah el Exaltado con estas palabras narradas auténticamente por el Profeta -que la paz y las bendiciones de Allah sean con él- que son:
بِسـمِ اللهِ الذي لا يَضُـرُّ مَعَ اسمِـهِ شَيءٌ في الأرْضِ وَلا في السّمـاءِ وَهـوَ السّمـيعُ العَلـيم
(ثلاثاً )
Bismillahilladhi la yadurru ma 'asmihi shay un fil ardi wala fis sama i wa huwas sami 'ul 'alim
"En el nombre de Allah, en cuyo Nombre nada en la tierra o en el cielo dañará o será dañado, Él todo lo oye, todo lo sabe."
(3 veces)
O dice:
أعوذُ بكلِمَاتِ اللهِ التامَّاتِ مِنْ شرِّ مَا خَلقَ
(ثلاثاً)
A'udhu bikalimati Lahi Tammati min sharri ma khalaq
“Busco refugio con las palabras perfectas de Allah contra el mal de Sus criaturas”
(3 veces por la noche)
Entonces, nada le dañará ese día.
Imam Ahmad (que Allah le conceda misericordia) relata este hadiz en su musnad, al igual que los autores del sunan en sus (respectivas) colecciones a través de Aban ibn 'Uzman ibn 'Affan.
'Uzman ibn 'Affan (que Allah esté complacido con él), es más célebre que un fuego en la cima de una montaña (proverbio árabe), fue uno de los califas correctamente guiados, (exactamente) el tercero.
Su hijo, Aban, era digno de confianza entre los tabi'in (seguidores) y uno de los mayores preservadores del hadiz (hufadh) entre ellos.
Una vez estaba sentado en una reunión cuando narró este hadiz y una de las personas presentes lo miró de manera extraña.
Aban entendió lo que quería decir (con esa mirada).
Se trataba de la mano del muhadith, Aban tenía una parálisis.
Entonces (como dije) Aban entendió lo que se preguntaba la persona que lo miraba de esa manera particular (es decir, ¡estás relatando este hadiz, pero mira tu mano!).
Entonces Aban entendió y le dijo: “Oh hijo mío…”
Y el significado de lo que le describió es: “…cuando cae el decreto, nada puede ir en su contra, olvidé buscar refugio en Allah con esta invocación ese día, y por eso "sufrí esta parálisis".
(Una persona presente en la asamblea): “laa ilaha illallah”
Por este motivo conviene que el musulmán se consagre a esta práctica y a este principio (de pronunciar estas invocaciones) de manera que le fuera imposible olvidarlas, al igual que le es imposible olvidar beber o comer, si se viera necesitado de comida o agua.
De tal manera, que debe estar dispuesto a pronunciar estas invocaciones de refugio.
Pero cuando sucede lo que está escrito (en la predestinación), nada aparte de Allah podrá impedirlo.
Silsila huda wa nur, casete n°746
Traducción: https://t.me/elconocimientolegislado
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