El contacto con el perro no anula la ablución
El perro, según los sabios de la Sunnah, provoca cada día la pérdida de uno o dos carat - según una versión - de la recompensa reservada a su dueño. Cuando un perro es adquirido legalmente, su contacto con un recipiente obliga a lavarlo siete veces, una de ellas con arena, siempre y cuando el contacto se haya constatado. En caso de duda, no es necesario lavar, ya que se mantiene la supuesta limpieza.
Además, según los sabios, tocar a un perro o su saliva no anula las abluciones.
En cuanto al hecho de rezar, leer el Corán y otros actos de adoración en una casa en la que se encuentra un perro, Sheij Ibn Baz, por ejemplo, y otros sabios dicen que es necesario sacar al perro y no dejarlo en la casa, porque solo puede tener un perro para uno de tres usos: la caza, la guardia de cultivos o rebaños, conforme al Dicho del Profeta (sallallahu 'alayhi wa sallam): “Quien adquiera un perro que no lo utilice para cazar, custodiar cultivos o rebaños, provocará, debido a la presencia del perro en su domicilio, la reducción de su recompensa, a razón de dos carats cada día”.
[Relatado por Bujari y Muslim]
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