Al Hasan Al Basri رحمه الله decía:
¡Qué sorprendente es el hijo de Adam!
Dos Ángeles están sobre su cabeza, su lengua les sirve de cálamo, su saliva de tinta, y él, a pesar de esto habla de lo que no le incumbe."
Le contaron, رحمه الله , que un hombre murmuró sobre él, así que él le envió un plato de dátiles frescos y le dijo:
"Por tu murmuración sobre mí, tu me has ofrecido tus buenas acciones por las cuales yo te gratifico."
El hombre avergonzado nunca más habló mal de él.
-Él رحمه الله decía:
"No dirijo mi vista, no muevo mi lengua, no sostengo con mi mano y no levanto mi pie sino después de hacerme la siguiente pregunta:
¿Es que (obraría yo) para (hacer) una buena acción o pecado?
Si se trata de una obra piadosa, avanzo (y me comprometo en dicha obra) y si se trata de un pecado, me vuelvo atrás".
-Él رحمه الله decía:
"¡Oh hijo de Adam!
¡Qué débil eres y qué grande es tu desatención!
¡Criticas a la gente por sus pecados y te olvidas de los tuyos!
¡Ves la brizna de paja en el ojo de tu hermano, y no ves el tronco que recubre tu ojo!
¡Qué injusto eres y qué grande es tu injusticia! "
Sheij Muhammed Ibn Abdelwahab Al-Yamani Al-Wassabee
Archivo en árabe
Tomado de: http://3ilm.char3i.over-blog.com/article-l-obligation-de-preserver-la-langue-dossier-en-arabe-90129994.html
Traducido al castellano por Umm Amina