Al-Hasan Al-Basri relató:
"Un
día, mientras paseaba con un joven devoto [piadoso] por las calles y
mercados de Basora, llegamos de repente a una reunión. Hombres, mujeres
y niños estaban alrededor de un médico que presidía la aglomeración. Tenía en
sus manos un recipiente de agua e informaba sobre las [virtudes
medicinales] de los remedios colocados delante de ellos.
El devoto se acercó y le preguntó:
"¡Oh, doctor! ¿Tiene usted un remedio que lave los pecados y cure las enfermedades [espirituales] del corazón?
El médico respondió: "¡Por supuesto! "
El devoto le pidió: "¡Démelo! "
El médico le dijo:
"Retén de mí, estas diez cosas":
Toma la raíz del árbol de la pobreza, y la del árbol de la modestia,
añade leche del arrepentimiento,
y échalo todo en un mortero para machacar a placer.
Luego, reduce todo a pequeños trozos con el mazo de la sobriedad.
Después coloca todo en el caldero del temor,
y vierte encima el agua de la humildad.
Hierve la mezcla con la gratitud.
Enfríalo todo con el abánico de la esperanza.
Luego, tómalo con la cuchara de la alabanza [...]
¡Si usted hace esto, le aliviará de todos los males y de todas la pruebas, tanto en este mundo como en el otro! "
Sabiduría musulmana: El Libro de las predisposiciones en el Último Día, Ibn Hayar, edición Tawhid, páginas 158 -
Tomado de: https://salafiyahathariyah.blogspot.com/2017/11/remede-qui-lave-les-peches-et-soigne.html
Traducido al castellano por Umm Amina