Ibn Al-Qayyim -رحمه الله- dijo:
«El que ame la vida de este mundo no podría separarse de tres cosas:
Una preocupación constante, una fatiga permanente y un remordimiento interminable.
Esto se debe a que el que ama la vida de este mundo nada obtiene sin que su alma codicie (cada vez) lo que está por encima de él (y aún no ha podido alcanzar).
Como se menciona en el hadiz auténtico del Profeta ﷺ:
“Si el hijo de Adam tuviera dos valles de plata, ciertamente desearía un tercero”.
E Issa ibn Maryam - عليه السلام - comparaba a aquel que amaba la vida de este mundo con el que bebía [agua] del mar, que cuanto más bebía más sed tenía. »
Ighatha al-Lahfan
1/58ومُحِبُّ الدنيا لا ينفكُّ من ثلاث: هَمٍّ لازم، وتعب دائم، وحسرة لا تنقضي، وذلك أن محبها لا ينال منها شيئًا إلا طمحت نفسه إلى ما فوقه، كما في الحديث الصحيح عن النبي -صلى الله عليه وسلم-: «لو كان لابن آدم واديان من مالٍ لابتغى لهما ثالثًا»، وقد مثل عيسى ابن مريم عليه السلام محب الدنيا بشارب البحر، كلما ازداد شربًا ازداد عطشًا
إغاثة اللهفان : (١/٥٨)
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